Como dueña de joyería, me ha tocado reinventarme. Por eso sé que promover una idea innovadora, no es algo fácil, pero Adolfo Courrier cada vez que lo hace, definitiva sí que lo sabe hacer.
Entre grandes diamanteros, piezas incalculables en su costo, y joyería que solo alguien en una gala luciría, nos ha enamorado con su propuesta que va más allá del antiquísimo concepto de “joya”.
Anillos combinables, intercambiables y con presencia tanto diurna como nocturna, joyas únicas con personalidad chic, y colecciones que invitan a la mujer a sacarse de encima el prejuicio aquel de que “las joyas no son para todo el mundo”, pues esta moderna propuesta sí que lo es.
Combinando la joyería fina contemporánea con el arte de la cotidianidad, que permite usar algo esplendoroso, el concepto de Courrier nace de un punto de vista atípico y encantador del lujo, y en las que además cada una de sus colecciones tiene una historia divina.
Una de mis favoritas es “POP Collection”, una mezcla de texturas y composición bajo una paleta de colores y un concepto inspirado en artistas como Andy Warhol o Roy Fox Lichtenstein –figuras icónicas del pop culture, donde vemos piedras preciosas y semi-preciosas, con esmaltes y metales.
Considerando su idea y declaración, Adolfo Courrier ha sabido reinterpretar la belleza y la funcionalidad en un modo muy particular. A mí me encanta.
Patricia Olivares Taylhardat Directora Editora GEOT On Time y Velvet Magazine