Prada presentó una nueva selección de piezas de joyería fina, dentro de su colección Eternal Gold. Es una nueva visión hacia la sustentabilidad y la transparencia.
El nombre de esta colección hace alusión a la nobleza de los materiales. Cada pieza es hecha de oro reciclado certificado por el Responsible Jewelry Council y cumple con el estándar Chain of Custody y los diamantes son certificados por el Instituto Gemológico de América, la autoridad líder en educación y estándares en diamantes, piedras y perlas.
Eternal Gold presenta una armonía entre la tecnología y la tradición. Mientras que los materiales son familiares, su origen es distinto. El oro tuvo una vida pasada en el chip de un celular. Sin embargo, la mano permanece como el instrumento clave para dar forma a la joya.
La campaña que acompaña, fotografiada por Coppi Barbieri, introduce la segunda evolución en este acercamiento a la joyería fina. El diamante, la piedra preciosa por excelencia se convierte un medio para la innovación científica. Los diamantes de laboratorio son perfectamente incoloros y el corte Prada, con 51 facetas triangulares reinterpreta el emblema de la firma.
Corazones, cadenas y triángulos son las figuras que adornan la piel, jugando con las proporciones de forma inesperada.
Con esta colección hay un nuevo precedente para una joyería más considerada, pensada para el contexto en el que nos encontramos.
Podríamos decir que es una solución estética con un trasfondo de lujo.
Patricia Olivares Taylhardat Directora Editora GEOT On Time y Velvet Magazine