Jaeger-LeCoultre es una de las marcas que siempre me ha impresionado. Sus modelos son desafiantes, gracias a las complicaciones que revolucionan la industria de la relojería. Estoy hablando de la repetición de minutos y la bóveda celeste.
Una de las series que considero personifica la creatividad que caracteriza a la manufactura es la Master Grande Tradition, porque combinan de forma fascinante las innovaciones y las complicaciones.
Su más reciente incorporación, el nuevo calibre Master Grande Tradition 945, aprovecha más de un siglo y medio de experiencia acumulada ¡Es una obra maestra! Incorpora dos de las complicaciones técnicamente más complejas de la relojería: un repetidor de minutos y una bóveda celeste.
El oro rosa es uno de mis materiales favoritos para fabricar joyas, por lo que, cuando lo veo en un reloj, me parece especial. Esta edición limitada a de ocho piezas tiene este componente, además, se le añade oro blanco para presentar una nueva estética que reafirma el dominio de la artesanía artística de la manufactura.
Me parece fascinante como el sonido se transmite en los relojes sonoros; como el cristal de záfiro actúa como amplificador de sonido para el oído humano. Otro aspecto increíble del reloj es su calibre, que le aporta una excepcional expresión artística a la pieza.
Todas estas cualidades me reafirman que Jaeger-LeCoultre es un maestro de las complicaciones relojeras. No puedo más que admirar sus combinaciones de elementos como el oro rosa, con tonalidades azules y piedras preciosas como el diamante, para crear relojes inolvidables.
Patricia Olivares Taylhardat Directora Editora GEOT On Time y Velvet Magazine