Visitar Watches and Wonders siempre es un placer. Una feria llena de inventiva a la que regresé para ser testigo de los avances y la evolución de la alta relojería de primera mano.
Ginebra nos brindó una semana llena de innovación, en la que pudimos ver cómo las grandes manufacturas se esfuerzan por sorprender a coleccionistas. Un evento que, como cada año, nos dejó con ganas de ver más de esas maravillosas piezas relojeras.
Rolex, por ejemplo, me sorprendió por aportar un nuevo look a sus modelos más icónicos. Poder observar de cerca esta armonía única de materiales, colores y texturas, poder palpar estas piezas completamente renovadas fue un verdadero regalo.
Estos relojes juegan con los contrastes para lograr un equilibrio armonioso de funcionalidad y estética, manteniendo la típica atención a los detalles y la artesanía magistral que siempre ha demostrado la manufactura.
Una de esas creaciones es el Rolex Oyster Perpetual Day Date. La belleza que nos mostraron en Ginebra está elaborada en oro amarillo, blanco o Everose de 18 quilates y equipado con un el calibre 3255, un movimiento mecánico de cuerda automática completamente desarrollado y manufacturado por Rolex.
Una manufactura que me sorprendió gratamente es Oris. Una de las piezas que presentaron fue el Oris Aquis Date. Un reloj mejorado y renovado, con mejor rendimiento y una estética más agradable, que lo convierte en una pieza moderna para el hombre de hoy.
Patricia Olivares Taylhardat Directora Editora GEOT On Time y Velvet Magazine